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El 85 aniversario de la Pascua de Don Orione: Un peregrinaje de fe y caridad

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	San Luis Orione en su lecho de muerte
San Luis Orione en su lecho de muerte

El 12 de marzo se conmemoró el 85 aniversario del Dies Natalis de San Luis Orione, el querido Padre Fundador de la Congregación de la Divina Providencia. En 1940, Don Orione, conocido por su incansable labor caritativa, falleció dejando un legado de amor y servicio a los más necesitados. Desde los primeros momentos tras su muerte, la santidad de Don Orione fue evidente para todos, como lo testimonian las imágenes que narran el recorrido de su funeral desde San Remo, donde concluyó su viaje terrenal, hasta Tortona, su ciudad natal. Miles de personas se unieron en una peregrinación de oración y veneración, acompañando el cuerpo del fundador en su último viaje, demostrando el profundo respeto y cariño por el hombre que dedicó su vida a los pobres y a la caridad.


La primera misa en honor a Don Orione se celebró al día siguiente de su fallecimiento, el 13 de marzo, en la Casa Santa Clotilde de San Remo. En ese momento, la noticia de su muerte se extendió rápidamente y la multitud comenzó a desfilar ante su cuerpo, mostrando un afecto profundo y un respeto incansable. Durante una semana, el cuerpo de Don Orione fue velado, primero en San Remo y luego en distintas localidades de Italia, como Milán, Voghera, Pontecurone, hasta llegar finalmente a Tortona. En cada lugar, multitudes de personas, especialmente trabajadores, se detenían a rendir homenaje al sacerdote que había sido un faro de esperanza para los más desamparados.


La procesión hacia Tortona fue un testimonio conmovedor de la devoción popular. En el recorrido, que atravesó varias ciudades de la Riviera, el pueblo de Dios se detuvo en oración en cada localidad. En lugares como Sestri Ponente, más de 20,000 trabajadores aguardaban en silencio, con una profunda reverencia, para rendirle homenaje a Don Orione. A su paso por Génova, Milán y otros puntos clave, el féretro fue acompañado por miles de personas, incluidas autoridades civiles y eclesiásticas, quienes reconocían en él no solo al fundador de una congregación, sino al santo de los pobres.


El 16 de marzo, el cuerpo de Don Orione llegó a la parroquia del Gesú en Génova, donde fue recibido por el cardenal Boetto, quien presidió la misa de sufragio. Las autoridades eclesiásticas y los seminaristas de la diócesis participaron en la ceremonia, y una vez concluida, el cuerpo continuó su viaje hacia Tortona. Al llegar a su ciudad natal, Don Orione fue recibido por su pueblo, quienes aún en la madrugada del 19 de marzo, no cesaron de rezar y rendir homenaje a su querido conciudadano.


La solemnidad de su funeral no solo fue un acto de veneración hacia un hombre de fe, sino un testimonio de la profunda huella que dejó en cada vida que tocó. Como lo escribe Monseñor Vittorio Francesco Viola en el prefacio del libro Peregrino de la Esperanza, “la muerte de Don Orione, como la muerte de todos los santos, manifiesta esta verdad al mundo". Sus últimas palabras, "¡Jesús! …me voy… ¡Jesús, Jesús!", no son las palabras de alguien que teme al final del camino, sino de quien regresa a su hogar definitivo, como un peregrino que finalmente encuentra la paz en la presencia de Dios.


Este 85 aniversario, que coincide con el Jubileo de la Esperanza, no solo recuerda la figura de Don Orione, sino que también invita a renovar el compromiso con su misión. Su vida y legado siguen siendo una inspiración para seguir su ejemplo: ser instrumentos de caridad y esperanza para los más necesitados. Como un peregrino de la esperanza, Don Orione continúa iluminando el camino de quienes se dedican a vivir su vocación con la misma entrega total a Dios y a los pobres.

 

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