El sábado 15 de marzo, más de tres mil agentes evangelizadores se reunieron en el Estadio Marista para celebrar el Jubileo de los Agentes Evangelizadores, un evento significativo para la comunidad pastoral de Santiago. Entre los participantes, un grupo de orionistas de la región también se unió al encuentro, como el hermano Javier Navarrete fdp, nuestro postulante Rubén Pérez, la directora de voluntariado y carisma del Pequeño Cottolengo, Paola Romero e integrantes de la Parroquia San José Benito Cottolengo, reafirmando su vocación de servir y anunciar el Evangelio.
La jornada comenzó con la acogida de los asistentes, seguida por la intervención del Cardenal Fernando Chomalí, quien ofreció una profunda catequesis sobre la importancia de la misión evangelizadora. En su reflexión, el Cardenal instó a todos los presentes a renovar su llamado a ser portadores de esperanza, recordando que el anuncio de Jesucristo es la mayor misión que los cristianos pueden llevar a cabo.
Tras la catequesis, los participantes vivieron un momento de oración cantada, que generó un ambiente de profunda comunión y recogimiento. A continuación, comenzó la peregrinación por el Parque Quinta Normal, atravesando el corazón de la comuna en una procesión cargada de simbolismo. Durante el recorrido, los peregrinos tuvieron la oportunidad de recibir el Sacramento de la Confesión en diferentes puntos: en el estadio, a lo largo del camino y al llegar al santuario, invitándolos a vivir una experiencia de renovación espiritual.
El evento culminó con una solemne Eucaristía Jubilar en la Gruta de Lourdes, donde el Cardenal Chomalí destacó la importancia de la evangelización como una tarea que no se limita a momentos específicos, sino que se vive a diario, en cada acción y en cada encuentro. Durante la misa, se hizo un llamado a los agentes evangelizadores a seguir siendo luz y sal en el mundo, llevando el amor de Dios a todos los rincones de la sociedad.
Además, el departamento de comunicaciones de la Obra Don Orione en Chile colaboró con imágenes aéreas tomadas con el dron de nuestra congregación, las cuales capturaron la magnitud del evento y la emotividad de este significativo encuentro de fe.
Esta jornada no solo fue un espacio de oración y reflexión, sino también un recordatorio de la misión fundamental de la Iglesia: ser testigos del Evangelio, sin importar las dificultades. Los participantes se despidieron con el corazón renovado y un firme compromiso de seguir anunciando la buena nueva en sus comunidades y familias.
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