130 años del “sí” de nuestro padre fundador Don Orione
- donorionechile
- hace 6 días
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Este 13 de abril de 2025, en coincidencia providencial con el Domingo de Ramos, celebramos 130 años de la ordenación sacerdotal de San Luis Orione, un momento fundante que marcaría profundamente su vida y la de miles de personas en todo el mundo.
Era el año 1895 y en una pequeña capilla del Seminario Diocesano de Tortona, en Italia, el joven diácono Juan Luis Orione fue ordenado sacerdote por Monseñor Igino Bandi, en una ceremonia íntima pero cargada de emoción y espiritualidad. Aquel Sábado Santo, junto a sus seres queridos y algunos alumnos del Colegio Santa Chiara, Don Orione iniciaba su ministerio con humildad, entrega y una fe ardiente.
La noche anterior a su ordenación, Don Orione la pasó velando a un sacerdote moribundo, Monseñor André, a quien asistió hasta su último aliento. Luego, se arrodilló junto al lecho del difunto para rezar por él, y vencido por el cansancio, se durmió allí mismo. Así comenzó su sacerdocio: con un gesto de caridad, de esos que marcarían toda su vida.
Uno de sus compañeros de ordenación, el capuchino P. Alejandro de Cumbels, testimoniaría años más tarde:
“Ya entonces Don Orione era considerado un santo, un segundo Don Bosco por su celo apostólico y su amor por la juventud”.
Don Orione celebró su primera Misa en el Colegio Santa Chiara y la segunda en la cárcel de Tortona, compartiendo desde un inicio con los más olvidados. En sus propias palabras, pidió tres gracias a la Virgen en su primera Eucaristía: Pan, Paz y Paraíso. Y tenía razones para creer que María Santísima le había concedido esas tres.
Más tarde, escribiría con profunda convicción:
“Sólo después de haberme agotado y muerto tres veces corriendo en pos de los pecadores, sólo entonces podré buscar algo de descanso con los justos. Que nunca me olvide que el ministerio que se me ha confiado es un ministerio de misericordia”.
Hoy, 130 años después, su fuego sigue ardiendo en cada obra de caridad, en cada gesto de misericordia, en cada vida tocada por el espíritu orionista. Gracias, Don Orione, por tu sí.
¡Feliz aniversario sacerdotal!
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